GEORG FRIEDERICH HÄNDEL, compositor, empresario y emprendedor


But who may abide de Messiah HWV 56

  • • Año y lugar de composición: 1741
  • • Estreno: Dubín, 13 de abril de 1742
  • • Libreto: Charles Jennens
  • • Forma: A B A´ B´
  • • Tonalidad principal: Re menor /Fa mayor




Notas al Aria

Contexto:

Handel fue sin duda uno de los primeros músicos empresarios en la historia. Llegó por primera vez a Londres en 1710 pero para 1712 tenía ya su propia y prestigiosa compañía de ópera.

Con el paso de los años, la preferencia del público por la ópera de estilo italiano fue declinando; de tal manera que el compositor se vió obligado a buscar una nueva forma de subsistir: se dedicaría a componer piezas de carácter religioso, que no sacras, llamadas oratorios.

La ventaja que encontró el compositor fue el idioma; si bien el género era ya conocido y ampliamente utilizado, las composiciones en inglés prácticamente no existían. Al musicalizar textos de corte cristiano, Handel y sus libretistas satisficieron la inquietud de algunos grupos de intelectuales de la época de revitalizar la moral del país, así como su religiosidad, espiritualidad y patriotismo, en un idioma accesible.

Aunque podrían parecer tópicos lejanos, los libretistas ingleses tuvieron el acierto de transformar estas historias de los triunfos y las desgracias del pueblo israelita sobre las cuales versaban los oratorios (Esther, 1732; Israel in Egypt, 1739; Judas Maccabeus, 1746 y Jephtha, 1751, por mencionar algunos) en símbolos de la nación británica moderna. A través de ellos, resaltaron la valentía, la virtud, el fervor religioso y la grandeza del pueblo inglés.

El oratorio más famoso es Messiah de 1741. La combinación de recitativos y arias para solistas, con movimientos corales de gran belleza, produjo una de las obras más emblemáticas en la historia de la música occidental. Al igual que con las pasiones y oratorios de J.S. Bach, el discurso transcurre en dos planos distintos: por un lado se representan el valor y el sufrimiento individuales, acompañados de una emotiva expresión colectiva.

El oratorio está dividido en tres partes: una parte profética, una parte relativa a la pasión y la última, con temas apocalípticos.

But who may abide de Messiah HWV 56
Georg Friedrich Händel (1685- 1759)

Aria:
(Malachi 3:2)
But who may abide the day of His coming?
and who shall stand when He appeareth?
for He is like a refiner's fire.
(Malaquías 3:2)
¿Quién resistirá cuando Él llegue? Y
¿quién quedará en pie cuando venga?
Pues Él es el fuego purificador.


¿Cómo lo vió Händel?

Tanto la melodía como las armonías y el tempo utilizados por Händel en la musicalización del texto son extremadamente descriptivos. La parte A del aria, originalmente compuesta para la tesitura de bajo, es lenta y de carácter un tanto melancólico y misterioso.

Inicia en una tonalidad de re menor, utilizada según los cánones de la época para expresar un ambiente de recogimiento y seriedad. La línea vocal va alternando la melodía con motivos en las cuerdas, en una textura polifónica, dando la idea de una conversación entre los distintos instrumentos y el solista. Es casi como si el compositor no quisiera soltar las ideas, realzando algunas de las frases por medio de saltos melódicos pronunciados y repetidos por las distintas líneas melódicas (but who may abide, who shall stand); poco a poco y casi sin sentirse, la voz solista va quedando sola y los comentarios de los violines y violas cesan.

Es en este momento cuando se presenta la segunda parte del aria, de una manera explosiva, inesperada y muy emocionante. El texto de esta sección hace alusión al proceso de fundición de los metales, en el que es necesario calentar el material para retirar las impurezas: las cuerdas y los demás instrumentos se convierten por momentos en llamas ardientes que buscan fundir lo que encuentran a su paso, con un carácter feroz y acelerado. La parte B cierra con líneas melódicas ondulantes, que ilustran incluso visualmente, un sustrato fluido y dúctil.

Ambas secciones vuelven a presentarse con algunas variaciones.

¿Cómo lo recibieron sus contemporáneos?

Si bien la reputación de Händel como músico, intérprete y empresario estaba muy bien establecida, su obra no tuvo una buena acogida en sus inicios. Poniendo aparte las tres funciones de estreno en Dublín, en conciertos de beneficiencia, no sería sino hasta 1750 que Messiah se volvería parte del repertorio favorito del público.

A través de sus oratorios, el músico alemán naturalizado inglés encontró un tipo de expresión que apelaba con igual pasión y elocuencia a personas de las más diversas procedencias sociales y políticas y que lo sitúo en el corazón mismo de la sociedad inglesa. No fue gratuito que aún en vida del compositor, se hiciera una escultura con su efigie, que lo muestra tocando el arpa (a la manera de un Orfeo dieciochesco) mientras vigila a su amante público desde el Museo Victoria y Albert.

Versiones que se pueden consultar: